El Rapto de La Sabina.
Giambologna, 1582. Estilo Manierista. Mármol
blanco. 4.10 m. Florencia, Italia.
A medio camino entre el Renacimiento y
el Barroco se haya esta obra de Giambologna,
caracterizada por la perfección de los cuerpos propia del clasicismo, el
movimiento ascendente (serpentinata) característico del manierismo y el
dinamismo, el dramatismo y la multiplicidad de puntos de vista que preludian el
barroco, si bien los rostros de los personajes destilan cierta falta de
expresión. La obra representa el rapto de las mujeres sabinas por los romanos,
que carecían de mujeres con las que poblar su ciudad. La obra se compone de
tres figuras, el anciano impotente en el suelo que representa al padre de la
sabina, el joven y vigoroso secuestrador romano y la desesperada sabina que
trata de zafarse de su captor. La obra, indudablemente, influiría en el
extraordinario Bernini con su Rapto de
Proserpina.
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