La conquista de América se llevó a cabo con una rapidez extraordinaria, en poco más de 50 años se dominó prácticamente todo el territorio americano, las causas de ello, teniendo en cuenta los escasos efectivos que partieron de la Península, hay que buscarlas en distintos hechos: la conquista de grandes territorios que se encontraban bajo el dominio de enormes imperios (como el azteca o el inca), que agilizaron el dominio español en amplias zonas de América; otra causa, fue la habilidad de los españoles para buscar alianzas con los pueblos indígenas sometidos a estos imperios; además, supieron aprovechar las disensiones internas surgidas en estos; por otro lado, dada la superioridad tecnológica europea, el armamento hispano era más efectivo que el indígena, a lo que hay que sumar el uso del caballo y de perros, que provocaban el terror de los indios. Por último, favoreció a los españoles la existencia de leyendas que hablaban de la llegada de dioses desde Oriente que los dominarían. Una de estas leyendas era la que les relato a continuación, la leyenda de Quetzalcóatl que, junto a otros motivos ya expuestos, permitieron al extremeño Hernán Cortés conquistar con enorme rapidez el imperio mexica.
Cuando Hernán Cortés llegó a Tenochtitlán fue recibido por Moctezuma, el gobernante supremo de los aztecas, de un modo muy respetuoso. Moctezuma era un adorador de Quetzalcóatl y pensó que se hacía realidad la profecía que anunciaba que el dios volvería desde el mar de oriente. Representaban a Quetzalcóatl como un personaje con barba y blanco de color, por lo que al ver a Cortés y a su séquito de barbudos creyeron que el tiempo del mito se había hecho realidad. Cortés aprovechó la circunstancia para conocer a su enemigo y sus debilidades y así poder derrotarlo. Junto a su habilidad, Cortés contaba con una tecnología bélica superior y la ayuda de miles de guerreros de pueblos vasallos de los aztecas que estaban muy descontentos con su gobierno.
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