La Historia nos permite conocer el pasado, comprender el presente y mejorar el futuro

sábado, 28 de julio de 2012

MARTÍN ÁLVAREZ GALÁN, EL HÉROE DE MONTEMOLÍN

Extremadura es tierra de hombres humildes, pero también de titanes, quienes por honor, por deber o por afán de superación han pasado a los libros de la historia de España con letras mayúsculas.
Hoy traigo la historia de Martín Álvarez Galán, de quien hace unos días leía en los diarios extremeños que su pueblo, Montemolín, le rendía un merecido homenaje a este héroe de la Armada española.
Martín, comenzó su vida como carretero y, es posible que, alentado por las historias que su madre contaba sobre las aventuras militares de su abuelo, se despertase en él la vocación militar. Así, se enrola en la Infantería de Marina de la Armada española en 1790, pasando por diferentes destinos, hasta que en 1797 entró a formar parte de la guarnición del navío “San Nicolás de Bari”: En estos momentos, España estaba aliada con los franceses por el tratado de San Ildefonso, motivo por el que se enfrentó en la batalla del Cabo de San Vicente contra la escuadra inglesa.
En un momento de la batalla, los ingleses abordaron el “San Nicolás de Bari” y, con la pretensión de arriar la bandera española, un oficial inglés se dirige hacia la toldilla, allí se encontraba Martín Álvarez defendiendo el pabellón español, quien viendo venir al británico lo ensartó con tal fuerza con su sable  que lo atravesó, quedándolo clavado en la madera de un mamparo; tras ello, un nuevo oficial y dos soldados británicos vuelven a la carga, el soldado español trata sin éxito de desembarazar el sable de la madera, por lo que coge su fusil y como si fuera una maza asesta varios golpes a los enemigos, matando al oficial e hiriendo a los soldados, a continuación salta desde la toldilla al alcázar de popa donde es acribillado a tiros por los ingleses.
Nelson, uno de los mandos de la Marina británica, que ha presenciado la escena, y siendo hombre que admira el valor y reconoce el mérito del soldado español que ha dado su vida en defensa de su bandera, ordena que se le lance al mar envuelto en dicha bandera, pero entonces comprueban que nuestro infante no está muerto sino malherido, siendo trasladado a Portugal donde es curado de sus heridas y devuelto a España.
En nuestro país, el rey Carlos IV reconoce la heroica actuación de nuestro soldado de granaderos y se le asciende, en principio, a Cabo y, posteriormente, a Cabo Primero, concediéndole, además, una pensión vitalicia. No obstante, poco pudo disfrutar el granadero de la pensión, pues una accidental caída le provocó la muerte en 1801.
Nelson, sabiendo que las victorias son mayores mientras mejores son los enemigos, quiso que la valentía del granadero Martín Álvarez no quedase en el anonimato e hizo grabar en una placa de un cañón tomado del “San Nicolás de Bari” en Gibraltar tres hurras, uno de ellos dedicado a Martín Álvarez. Además, de conservarse su sable en el Museo Naval de Londres.
En 1848, la Reina Isabel II dispuso en una Real Orden que, en recuerdo a este héroe de la Armada, permanentemente un buque llevase el nombre de este glorioso marino.
En 1936 se inauguró un paseo en Montemolín, su pueblo natal, con una estatua de su héroe local. Además, son numerosos los homenajes y numerosas las calles que recuerdan el nombre de este valeroso extremeño.


Os recomiendo ampliar la información sobre Martín Álvarez en la Revista divulgativa de historia naval en Internet: http://www.todoababor.es/articulos/martin_alvarez.htm
Y que leáis el, como siempre, extraordinario artículo de Pérez Reverte en su columna del XL Semanal: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/675/el-sable-y-el-granadero/

viernes, 27 de julio de 2012

LA PESTE NEGRA

La Peste Negra fue una gran epidemia de peste bubónica, cuyo origen es la bacteria yersinia pestis, transmitida a los humanos a través de la picadura de las pulgas y otros parásitos de la rata negra o común, provocando una gran mortandad a mediados del siglo XIV. La peste bubónica se manifestaba a través de la aparición de bultos o bubones en ingles, axilas, cuello y articulaciones, así como manchas y úlceras negras en la piel una vez que la enfermedad afectaba a todo el sistema linfático. Tuvo otras variantes, como la peste neumónica o pulmonar, que afectaba al aparato respiratorio provocando tos expectorante (siendo ésta un elemento de propagación de la enfermedad a otros humanos) y la peste septicémica, cuando la infección pasaba a la sangre y se manifestaba con manchas negras bajo la piel. Si las dos primeras variantes eran sumamente mortales, ésta última era completamente letal.
Se considera que la pandemia procedía de Asia Central desde donde llegó a Europa, difundiéndose por la misma a través del Mediterráneo, provocando, entre 1347 y 1353, una altísima mortalidad; así, a pesar de las dificultades para establecer cálculos, hay quienes señalan que la epidemia provocó la defunción de dos tercios de la población europea; si bien, otros estudios rebajan dicha cifra a una tercera parte de la población.
A Nuestro país llegó en marzo de 1348, afectando primero a las islas Baleares y a las zonas costeras de la Corona de Aragón, siguiendo las rutas comerciales mediterráneas, desde donde se extenderían por los territorios de Navarra, Castilla, Portugal y el Reino Nazarí de Granada, manteniéndose su virulencia hasta 1350.
Posteriormente, se producirán periódicamente distintos brotes epidémicos de peste, pero no con la virulencia de ésta.
El nombre de Peste Negra o Muerte Negra procede de las manchas oscuras en la piel que provocaba la enfermedad en los afectados. El temor que provocaba la misma se debía no sólo al desconocimiento de su origen, transmisión y tratamiento, sino que además afectaba tanto a ricos como a pobres, tanto a mendigos como a reyes.
En una sociedad sumamente religiosa como la de la época no es de extrañar que la población creyese que la epidemia era un castigo divino por los muchos pecados cometidos.
Las consecuencias de la misma, aparte del descenso demográfico y la despoblación de algunas zonas, fueron tanto de índole económica: descenso de la producción, aumento de los precios, caída de las rentas señoriales… como social: revueltas campesinas y urbanas, progroms o ataques violentos a las alhamas o barrios judíos, a los que se acusaba de propagar la enfermedad, convirtiéndose en chivos expiatorios de la misma; e ideológicas: ya que el contacto tan cercano con la muerte dio origen a movimientos tan extremos como el “carpe diem” (“aprovecha el día”), dedicados al goce de los placeres mundanos; o los penitentes, que se flagelaban para purgar las culpas mientras pedían la clemencia divina.



Webs consultadas:
·         Artículos de la Revista de Historia de National Geographic:
·         Artículo de Julio Valdeón: “La Peste Negra. La Muerte Negra en la Península”
·         Artículos sobre la Peste Negra en las páginas siguientes:

miércoles, 25 de julio de 2012

El burrito de plata de Sonya Hartnett

Libro ambientado en la Primera Guerra Mundial que cuenta la historia de un oficial británico, desertor de esta cruel guerra, que pretende llegar a su país desde el frente francés. En su aventura necesitará la ayuda de unos hermanos de un pueblecito costero. Entre ellos se establecerán unos lazos de cariño inolvidables.
El título se debe a una especie de amuleto de la buena suerte, que lleva el militar, en forma de burrito. En torno a este animal, el oficial inglés contará a los niños cuatro cuentos de los que se extraen una serie de valores como el amor a los demás, la generosidad, el coraje, la lealtad y la importancia de dar siempre lo mejor de uno mismo.
Es un libro entretenido y de fácil lectura, con mensaje antibelicista y que gustará tanto a jóvenes como a adultos.

miércoles, 18 de julio de 2012

Historia de dos ciudades de Charles Dickens

Historia de dos ciudades narra la vida de una familia y su entorno en dos escenarios bien diferentes París y Londres durante la época de la Revolución Francesa. Con una visión muy anglosajona sobre ella, pues Inglaterra nunca tuvo un sistema feudal como el del continente europeo y gozaba desde hacía tiempo de un sistema parlamentario que garantizaba ciertas cotas de libertad, Dickens nos presenta la revolución como la venganza de los oprimidos contra los opresores, pero que degenera en odio, violencia, terror y caos, frente a Londres que representa la estabilidad y el orden. También hay cierta crítica social propia de la obra de Dickens.
Con una trama en la que se mezclan el amor, el misterio, la intriga con dosis históricas se consigue una apasionante novela.
La adaptación de Juan Ramón Torregrosa para la editorial Vicens Vives (serie Cucaña) aderezada con las ilustraciones de Víctor G. Ambrus presentan un libro muy atractivo para la gente joven. Me parece un buen libro de lectura para 4º de ESO, pues tanto la redacción como las notas al margen aclaratorias facilitan su lectura y permite ver el tema de la Revolución Francesa y los acontecimientos que se suceden desde 1789 a 1793, así como conocer la situación anterior a la misma.

viernes, 13 de julio de 2012

SR. RAJOY, OTRA POLÍTICA ES POSIBLE (Y DESEABLE)


Sr. Presidente del Gobierno, permítame expresarle mi opinión, creo que nos estamos equivocando con la política que estamos llevando a cabo.
Mire, yo no entiendo mucho de macroeconomía, pero creo que debe ser, a escala, como el llevar a cabo la economía de cada hogar. Para las familias españolas (y de todo el mundo) es fundamental tener lo necesario para comer y vestir, y para eso hace falta trabajo; además, el trabajo es fundamental para que cualquier persona se sienta feliz consigo misma. Y, en estos momentos, muchos millones de españoles se sienten frustrados, se acuestan cada noche echando cuentas de si podrán ir a comprar al “super” mañana, si podrán pagar la hipoteca este mes, si le cortarán el teléfono… y, eso, no es vida.
Ya sé que usted sabe esto, y créame que siento hasta cierta empatía con usted, la responsabilidad y el afrontar los problemas del país es difícil; pero, eso ya lo sabía cuando se metió en esto. También sé que muchos de los problemas les vienen heredados por no haberse solucionado por el gobierno anterior; pero usted debería haberlo tenido previsto. También sé que le han crecido los “enanos” y que muchos de sus amigos que dirigían comunidades autónomas o entidades bancarias le han hecho un flaco favor; pero… sepa usted que en nuestras casas también nos surgen imprevistos: se nos estropea la lavadora, se nos avería el coche, tenemos alguna celebración, etc. que se sale de lo habitual; pero, intentamos, con sentido común, no gastar más de lo que ingresamos, o como mucho, en casos de urgencia te puede echar una mano la familia o recurrir a un préstamo (si te lo dan). En su caso, sé que la familia europea no es muy espléndida, es más bien egoísta, y los que nos prestan el dinero son más usureros y especuladores que otra cosa; pero ya le digo que no teníamos que haber despilfarrado ni gastado más de lo que teníamos.
Siguiendo con las cuestiones básicas de nuestras casas, después de la alimentación y el vestido, las familias queremos que si nos ponemos enfermos seamos atendidos por una sanidad de calidad; también, deseamos que nuestros hijos reciban la mejor educación posible y que nuestros mayores, minusválidos, dependientes… tengan garantizada una adecuada atención a sus necesidades por parte de unos buenos servicios sociales. Estos son fundamentos de cualquier Estado porque son esenciales para cualquier familia (al menos europea). Por tanto, creo que no vamos bien si nos cargamos el estado de bienestar y lo público. Porque los servicios públicos son aquellos que garantizan la igualdad social. Pero, si cree que con ello coarto la libertad de algunos (de los que más tienen y de la iniciativa privada), soy partidario de la existencia de servicios también privados, para que aquellos que lo quieran se lo paguen; pero que, en ningún caso, compitan, en ocasiones con la aportación de fondos estatales, con los servicios públicos.
Ya sé, Sr. Presidente, que es necesario y conveniente racionalizar los servicios públicos, pero eso no tiene nada que ver con cargarse lo público para potenciar lo privado.
España está enferma, Sr. Rajoy, y le estamos equivocando la medicación, no se deje aconsejar por malos profesionales, tómele el pulso, nos falta inversión pública, crédito, confianza para incentivar la inversión, el ahorro y el gasto que reactiven la economía y creen empleo, que a su vez generarán mayor recaudación de impuestos (esto, que es una simpleza, es cierto; además, creo que se lo escuché decir a usted en algún debate público antes de ser Presidente)…
Para ello, es necesario un gran pacto que ponga a trabajar a todos en la misma dirección, hay que generar acuerdos entre todas las fuerzas políticas y sociales del país, diagnosticar los problemas con claridad, establecer unos objetivos claros y unas medidas concretas para conseguirlos, y que sean conocidas por todos los españoles.
Perdone, mi atrevimiento de profano en la materia, pero algunos objetivos creo que están claros: generar empleo, mediante la inversión pública y obligando a las entidades financieras a facilitar el crédito; sanear el sistema financiero e imponerles reglas, eliminando entidades ruinosas y mal gestionadas y depurando responsabilidades; establecer pactos con diversos países de la Unión Europea, en situación parecida a la nuestra, que nos permita tener más fuerza en Europa, mejorar las instituciones y la eficacia en la toma de decisiones de la Unión y conseguir un cambio en la política de austeridad a ultranza, sin nada más; generar confianza a los inversores, estableciendo una línea política clara, de unidad nacional y que cuente con el respaldo europeo…; aumentar los impuestos a las grandes fortunas y a los que más tienen (y que no siempre paguen las crisis los mismos, los de abajo); mejorar la eficacia del servicio de recaudación de Hacienda, persiguiendo a los defraudadores; recortar el gasto público superfluo y dignificar la política, como servicio público y no como medio para medrar y conseguir dinero (eliminar instituciones que no son necesarias o que hacen el mismo trabajo que otras, asesores que hacen el trabajo del político, subvenciones y programas vacíos e innecesarios, coches oficiales, prebendas…); racionalizar la administración y los servicios públicos, sin atacar a los empleados públicos, que trabajan mucho y bien; mantener el actual sistema de bienestar, garantizando un sistema sanitario, educativo y unos servicios sociales públicos y de calidad; etc.
Otra política es posible, Sr. Rajoy, tenga el coraje de dar un cambio, de plantar cara a quien se lo impida, de buscar el consenso. Es cuestión de vida o muerte, España tiene el pulso débil, no acabe con ella, revitalícela, cuenta con todos los españoles, que trabajamos día a día para sacar adelante a nuestras familias y a nuestro país.
 Fdo.: Sebastián merino Muriana



Imagen tomada de : vicenteluisrubio.blogspot.com

viernes, 6 de julio de 2012

El secreto del César de Rocío Rueda

Es un libro de lectura fácil y recomendado para los jóvenes. En él se mezclan las aventuras que suceden a un
joven esclavo, Fabio, y a una sacerdotisa del templo de Vesta, Thais, tras la muerte de Julio César a causa de una conspiración senatorial.  Fabio y Thais son los personajes que nos permiten acercarnos al esplendor de la Roma republicana, pero también a los defectos de una sociedad esclavista, en la que los espectáculos violentos, como la lucha de gladiadores y la muerte son el entretenimiento del pueblo. 
El libro te engancha fácilmente con una trama sencilla y nos aporta información sobre el mundo romano y sobre uno de sus personajes más famosos, César.