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martes, 16 de agosto de 2011

Con la que está cayendo


Con la que está cayendo, evidentemente toca recortes. Los españoles nos habíamos creído que éramos ricos y el dinero afloraba por doquier, se le daba a todo el mundo que quisiera gastar y vivir incluso muy por encima de sus posibilidades y, eso, evidentemente, no podía durar ni funcionar. Esto, por supuesto, lo debían saber las autoridades financieras y nuestros políticos, pero como la cosa iba bien, todo el mundo se apuntó al carro del gasto extra, subvenciones a tuti plain, urbanizaciones gigantescas, gastos en asesores para que hicieran el trabajo que se les encomienda a los políticos y un largo etcétera.
Ahora vienen las vacas flacas y hay que buscar culpables (para desviar la mirada de los verdaderos culpables) y quien tire del carro para sacar a flote la economía nacional y, como siempre (siempre han sido los trabajadores los que han hecho los sacrificios), les toca a los mismos.
Hay que buscar gente a la que atacar para distraer las meteduras de pata, pues venga a por los funcionarios, que tienen trabajo fijo y, en nuestra tradición española, se dice que trabajan poco y mal (pues mire, yo soy funcionario y trabajo mucho y bien, y considero que el 90% de mis compañeros también. Al igual que en todos los trabajos hay vagos y aprovechados del trabajo de los demás. El conseguir un puesto fijo me ha costado muchos años de sacrificio, dejándome mi juventud y parte de mis años de adulto, mis años mejores, estudiando y sacrificándome mucho yo y, más mi familia, padres, mujer e hijos, para después de muchas oposiciones conseguir, por fin, ya bastante mayor, una plaza pública, no para dedicarme a vivir del cuento, si no para realizar el trabajo que me gustaba), y entonces, se les aprieta el cinturón a estos (algo que por otra parte, en tiempo de crisis es necesario, pero que empiecen por los que más tienen), se flexibiliza el empleo, para poder despedir más fácilmente y con menos derechos a los trabajadores, se suben los impuestos (IVA, por ejemplo) que hace polvo a las rentas más bajas… Pero, ¿y las grandes fortunas?, ¿y los sueldos millonarios?, ¿por qué no se tocan?...
Ahora me salen con que hay que racionalizar la Administración, que este despilfarro al que hemos sometido a las cuentas públicas es insostenible, pero si eso ya lo sabíamos todos, para qué elegimos a unos gobernantes que cobran un gran sueldo por su trabajo si no saben tomar medidas antes de que nos pille el toro.
En fin, mi enfado es monumental (por no decir que tengo un cabreo de mil pares de narices), gobiernen de una vez, tomen las medidas necesarias, pero mirando por los que verdaderamente menos tienen, eso es Estado de Bienestar, y no las cuatro subvenciones a colectivos que no las necesitan ni aprovechan, piensen en el Estado como en las cuentas de su casa (lo primero, y más importante, la alimentación, la sanidad y la educación), tengan sentido común y, no tengan miedo a enfrentarse con los poderosos, aunque sea más fácil joder a los más débiles.

Fuente de la imagen: crisifixiones.blogspot.com

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