
Su afán de aventura le hace viajar de nuevo a América, consigue ser nombrado Gobernador del Virreinato del Río de la Plata y en diciembre de 1540 se dirige hacia allí. Sufrirá un nuevo naufragio y se enfrentará a diversos ataques indígenas. Entre 1541 y 1542 dirige la expedición que recorrió el sur de lo que es hoy Brasil hasta Asunción, en la que descubrió las Cataratas del Iguazú.
En 1544 será apresado por un grupo de colonos españoles y será enviado a España bajo arresto por oponerse al uso de tanta barbarie hacia los indios. Se le destierra a Orán (África), donde permanecerá doce años hasta que obtuvo el perdón por parte de Felipe II. Escribió una nueva obra, donde informa de su actuación en el Virreinato de la Plata, la “Relación General”. Será nombrado Presidente del Tribunal Supremo de Sevilla hasta que, finalmente, tomó los hábitos y se radicó en un monasterio sevillano. Falleció en Sevilla hacia 1560.
Una vida que más parece un extraordinario guión de cine para una película de aventuras al más puro estilo holiwodiense. Anímense los directores de cine españoles, aquí tienen una gran historia de acción.