Advierto que no me causa sorpresa alguna las actuaciones norteamericanas tras las filtraciones de Wikileaks, creo que casi todo el mundo siempre ha considerado que esa forma de actuar es la que utilizan los principales estados del mundo y, mucho más, si se trata de los EE.UU. Como historiador sé que hay algunos hechos que demuestran esta sombría actuación de los norteamericanos para conseguir sus intereses, como ejemplo os pongo el caso del hundimiento del Maine en el puerto de La Habana en 1898. Bien es cierto, que aunque considero a los EE.UU. como un país cercano y aliado, mis ideas progres hacen que tenga en mi interior un cierto rechazo a la prepotencia estadounidense, aunque más bien podría decir a la prepotencia anglosajona, porque no dejo de reconocer que son hijos de la Gran Bretaña y de ella han mamado esa cualidad tan propia de su madre patria. Créanme que no quiero atacar ni herir con mis palabras a ningún anglosajón que se precie, también nosotros tenemos lo nuestro, pero es que estoy herido en mi orgullo de españolito de a pie por el menosprecio con el que nos han tratado aquellos que se creen el ombligo del mundo. Esto es tan sólo el grito de desahogo de quien no puede hacer otra cosa. ¡Ah!, por cierto, a mi Gobierno le pido un poco más de orgullo, menos arrastrarse y tener las ideas más claras a fin de establecer posiciones firmes en la defensa de nuestros intereses. Con esto se me viene también a la cabeza el tema de las relaciones con Marruecos, donde por no ofender nos están dando caña por un tubo y nosotros a agachar la cabeza, con esto no quiero decir que busquemos el enfrentamiento, pero sí que defendamos nuestros planteamientos con firmeza. En este aspecto, es necesario tener sentido de Estado y buscar posiciones comunes entre las principales fuerzas políticas del país en cuestiones decisivas, tanto de política interior como exterior. En fin, espero que nuestros representantes sepan recoger lo que les pide el pueblo.
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