Sara Mesa tiene una personalidad marcada como escritora, lo digo tan sólo habiendo leído dos libros suyos, éste y Un amor; pero, en ambos, se describen lugares decadentes y lóbregos y personajes extraños y contrapuestos. En esta obra, la autora nos relata una ciudad, Vado, decadente y abandonada, a la que llega un geríatra, depresivo y egocéntrico, para hacerse cargo de la dirección de su residencia de ancianos, lugar que refleja a la perfección la decrepitud general. Por este ambiente se pasean una serie de personajes antagónicos, los inocentes, bondadosos, responsables y utópicos frente a otros inmorales, irresponsables y sin escrúpulos. Y es en el geriátrico semi abandonado donde se produce un incendio, que representa, al mismo tiempo, el fin para los justos y la huida de las ratas.
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