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jueves, 8 de diciembre de 2011

La batalla naval de la isla Tercera (Azores)

En julio de 1582 tuvo lugar una importante batalla naval en la isla Tercera, del archipiélago de las Azores entre una escuadra española y otra francesa.
El motivo de la misma fue la ocupación del trono de Portugal por el rey español Felipe II en 1580. La oposición anticastellana de gran parte de la población portuguesa apoyan la subida al trono de otro candidato, Don Antonio, que cuenta también con el apoyo francés e inglés, enemigos declarados de la Monarquía Hispánica.
Las fuerzas españolas, dirigidas por tierra por el Duque de Alba y por mar por don Álvaro de Bazán, acabaron, sin embargo, con cualquier intento de levantamiento contra Felipe II en los territorios portugueses, que terminan reconociéndolo como rey, salvo en las Azores, donde se refugió el pretendiente don Antonio.
Es entonces cuando Don Antonio consigue de Francia una gran flota de 60 barcos y unos 7.000 hombres, al mando de Felipe de Strozzi, con el objetivo de intentar conquistar Portugal desde las Azores.
Desde la Península se envía una flota con 28 barcos y unos 4.500 infantes bajo la dirección D. Álvaro de Bazán, nuestro experto y hábil almirante, victorioso en importantes batallas navales.
Así, a pesar de la inferioridad hispana, la destreza de sus mandos y el valor y arrojo de nuestra marinería dieron como resultado una aplastante victoria frente a los franceses, que tuvieron que retirarse con numerosas bajas, tanto humanas como navales. El almirante de la flota francesa, Strozzi, muere por las heridas recibidas de un arcabuz; mientras que don Antonio, el pretendiente al trono portugués, pudo huir en una de las naves francesas.
A pesar de la victoria, la isla Tercera y la mayor parte de las Azores no serán ocupadas definitivamente hasta un año después, cuando las tropas españolas llevaron a cabo un gran desembarco en esta isla, donde se concentraba un importante contingente de tropas portuguesas, francesas e inglesas, que habían fortificado la isla. Bajo la cobertura del fuego de los cañones de la flota felipista se produjo el desembarco de la infantería hispana en la costa elegida para el asalto por ser la más desguarnecida. Las tropas españolas pronto se hacen con el control de la zona e inician la conquista de la isla, cuya caída supone la rendición del resto de las islas rebeldes.
El dominio de las Azores era esencial para la Monarquía hispánica puesto que se convertirá en lugar de abastecimiento de la flota española en su ruta hacia Las Indias. Con ellas, todas las posesiones de la Corona portuguesa quedaron bajo el poder de Felipe II. Dominio que no durará mucho, pues Portugal se subleva en 1640 contra la monarquía española y consigue su definitiva independencia en 1668 por el Tratado de Lisboa.
La pérdida irreparable de don Álvaro de Bazán, quien obtuvo de Felipe II el título de Marqués de Santa Cruz, será fundamental para el futuro de la Marina española, ya que bajo su dirección ¿quién sabe qué hubiera sucedido con la Armada Invencible lanzada contra Inglaterra en 1588?
Merecidos son los versos que el genial Lope de Vega le dedicara en 1588:
El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
y en todo mar el inglés,
tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido
por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada.
El Imperio Hispánico dominaba entonces el mundo, sus soldados causaban temor tanto por tierra como por mar y Felipe II era el rey en quien su Imperio no se ponía el sol. Pronto, sin embargo, vendrían los reveses que acabarían con el poderío Hispano, pero esa es otra historia.

Imagen: "El San Mateo en la batalla de las Azores, 1582". Ilustración de Tony Bryan. Osprey Publishing. Tomada de http://www.todoababor.es

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